martes, 10 de junio de 2014

Somos libres


El aire se vuelve espeso y mis pies comienzan a desmayarse, no me dejes llorar y dame un último cigarrillo para poder quemar estos demonios que empiezan a creer que soy suya. Tu carcajada me apacigua, me deja seguir cuando el camino se cierra y el cancerbero no nos deja ir a aquel inframundo y está listo para devorarnos.
Creo que estamos destinados a no ser, a que nuestra piel sea despellejada por nuestros propios miedos y nunca dejar que el sol brillante derrita nuestras retinas, pero no importa, porque las llamas nos están esperando y somos libres. Cariño… nunca las dejaremos

El frío nos traspasa como mero traidor pero ya no importa  porque no volveremos a casa ésta noche y quizás tampoco mañana… 

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