El frío cortante y helante nos taja los dedos, nuestros labios quieren hacer poesía juntos; pero te detenes ahí, porque sabes que realmente nos estoy, que mi cabeza quedó en ese 20 de enero, y no... no me vas a despegar de ahí, porque ese día comprendí que nuestros ojos no apreciaban los mismos colores y que yo volvía de una guerra mientras vos veías el amanecer tomando café, que por más de tener los mismos miedos vos estabas dispuesto tirarte al vacío, y yo no.
Llegamos hasta este lunes con niebla, no sé como y no sé cuando, sé que tu sangre va a hervir pero no sé, no tengo idea de como excusarme, tal vez ya nuestras moléculas están destinadas a que nos acostumbremos, a que le pongamos re-play a nuestras vidas cada mañana y tomemos el mismo trago, con las mismas personas, en el mismo lugar y que nos guste siempre lo mismo y que nos hagan reír los mismos chistes, tal vez sólo tal vez por esa razón no tengo el valor a decírtelo, de confesarte de que estoy harta de leerte y que intentes buscarle explicación a algo que, mi amor... ya fue escrito y terminó.
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