viernes, 25 de diciembre de 2015

Pandemónium



Tu cuerpo se me dibuja ésta noche tentándome a la fuga y tus ojos no dejan lugar al no, es tu manera de ser y esa sonrisa que aparecieron para empaparme el alma y llenar cada punto vacante que tenía.

La tempestad se vuelve un poco más suave cuando me encuentro perdida en cada una de tus pecas, y no quiero evocar los días que vendrán pero no puedo dejar de gritarle a las fuerzas cómo fueron capaces de atraerte hacía mí, para luego arrancarte cómo si nada, dejarte ir con las olas y la sal va a ser el principio de la perdición, así que dejemos que nuestros yo inequívocos sigan abrazándose hasta el fin de los tiempos, sin poner en duda que aquél encuentro estaba escrito en las estrellas desde el Big Bang y que nuestros átomos han estado buscándose desde siempre y finalmente, en una noche con sabor a lo que le llaman casualidad se vieron atrayéndose; cual diente y uña, trueno y relámpago.

Creí que estaba mejor sola pero nuestras manos sientan muy bien entrelazadas y caminar a tu par lo hace aún mejor. Así que ésta noche estoy dispuesta a escuchar que te aterra y provocaremos al sol para que no se atreva a salir hoy.    

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